Ejercicio 5: columnas
Nota: para realizar las columnas sigue los siguientes pasos
-selecciona el párrafo al que se va a aplicar
-ir al menú diseño de pagina y selecciona columnas
- escribe el párrafo siguiente y cópialo 5 veces
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Una imagen como la de nuestra portada es terrible: gigantes barbados de largos pelos rubios, con cascos que ostentan un par de cuernos como los del mismísimo Diablo, arriban en largos navíos, armados de mazas y espadas; tras desembarcar, atacan en tropel a desprotegidas aldeas de pacíficos campesinos: los matan, violan a sus mujeres, saquean su ganado y queman sus casas. Unos bárbaros, unos salvajes que asolaron y sometieron Europa entre los siglos VIII y XI d.C. ¿Qué tan salvajes eran estos hombres del norte? ¿Y qué tan merecida tienen esa reputación de «uno de los peores pueblos en la historia de la humanidad»?
por Igor Übelgott
Es muy probable que la palabra vikingo provenga del nórdico antiguo vik, ‘bahía, fiordo’; de ahí que viking significaría «persona proveniente de los fiordos»; en esa misma lengua, viking se refería a una expedición marítima, o bien, a las personas que tripulaban los barcos en dichas expediciones. La primera vez que apareció en un texto en inglés, fue en 1807 —escrito vikingr—, y se empleó como sinónimo de «pirata escandinavo». Otras fuentes señalan a wicing —palabra que aparece en textos del siglo XVI— como el antecedente de vikingo, que provendría del latín vicus, ‘villa, aldea’.
Vikingos de leyenda
Antes de entrar en materia, es conveniente echar por tierra ciertas creencias comunes sobre los vikingos. Para empezar, a la fecha no ha sido encontrado ningún casco vikingo que tenga cuernos, y tampoco existen descripciones o dibujos de la época en los que los «hombres del norte» porten tales apéndices. Esta imagen —junto con la de los yelmos alados, más propia de dioses como Hermes o Mercurio— fue popularizada durante el siglo XIX como una exaltación romántica del pasado vikingo, e incluye un tipo de casco propio de la Edad de Bronce. En realidad, los que usaban las tropas vikingas tenían forma cónica, y se elaboraban con cuero, madera y refuerzos en metal; los jefes militares los portaban metálicos con máscara.
Por otro lado, sin ser unas gentiles damas, los vikingos eran mucho menos salvajes de lo que se nos ha hecho creer. La imagen de la barbarie vikinga se propagó debido a las crónicas cristianas de la época, que guardaban un resabio de intolerancia hacia la otredad de los hombres del norte y hacia el paganismo que practicaban. Además, se sabe que los vikingos conocían el sábado como laugardagur, «día del baño», ya que era el día de la higiene semanal —un exceso de limpieza para los estándares de la Europa medieval— y cepillar con frecuencia sus blondas cabelleras, amén de que aprovechaban sus aguas termales naturales para darse agradables baños calientes.
Finalmente, en ciertas películas es común que aparezcan bebiendo vino empleando cráneos humanos como vasos. Esta imagen grotesca al parecer proviene de una mala traducción de un texto del siglo xvii, así como de descripciones de otras tribus de origen germánico.
Una imagen como la de nuestra portada es terrible: gigantes barbados de largos pelos rubios, con cascos que ostentan un par de cuernos como los del mismísimo Diablo, arriban en largos navíos, armados de mazas y espadas; tras desembarcar, atacan en tropel a desprotegidas aldeas de pacíficos campesinos: los matan, violan a sus mujeres, saquean su ganado y queman sus casas. Unos bárbaros, unos salvajes que asolaron y sometieron Europa entre los siglos VIII y XI d.C. ¿Qué tan salvajes eran estos hombres del norte? ¿Y qué tan merecida tienen esa reputación de «uno de los peores pueblos en la historia de la humanidad»?
Por Igor Übelgott
Una imagen como la de nuestra portada es terrible: gigantes barbados de largos pelos rubios, con cascos que ostentan un par de cuernos como los del mismísimo Diablo, arriban en largos navíos, armados de
mazas y espadas; tras desembarcar, atacan en tropel a desprotegidas aldeas de pacíficos campesinos: los matan, violan a sus mujeres, saquean su ganado y queman sus casas. Unos bárbaros, unos
salvajes que asolaron y sometieron Europa entre los siglos VIII y XI d.C. ¿Qué tan salvajes eran estos hombres del norte? ¿Y qué tan merecida tienen esa reputación de «uno de los peores pueblos en la historia de la humanidad»?
Por Igor Übelgott
Una imagen como la de nuestra portada es terrible: gigantes barbados de largos pelos rubios, con cascos que ostentan un par de cuernos como los del mismísimo Diablo, arriban en largos navíos, armados de mazas y espadas; tras desembarcar, atacan en tropel a desprotegidas aldeas de pacíficos campesinos: los matan, violan a sus mujeres, saquean su ganado y queman sus casas. Unos bárbaros, unos salvajes que asolaron y sometieron Europa entre los siglos VIII y XI d.C. ¿Qué tan salvajes eran estos hombres del norte? ¿Y qué tan merecida tienen esa reputación de «uno de los peores pueblos en la historia de la humanidad»?
Por Igor Übelgott
Una imagen como la de nuestra portada es terrible: gigantes barbados de largos pelos rubios, con cascos que ostentan un par de cuernos como los del mismísimo Diablo, arriban en largos navíos, armados de mazas y espadas; tras desembarcar, atacan en tropel a desprotegidas aldeas de pacíficos campesinos: los matan, violan a sus mujeres, saquean su ganado y queman sus casas. Unos bárbaros, unos salvajes que asolaron y sometieron Europa entre los siglos VIII y XI d.C. ¿Qué tan salvajes eran estos hombres del norte? ¿Y qué tan merecida tienen esa reputación de «uno de los peores pueblos en la historia de la humanidad»?
Por Igor Übelgott
Una imagen como la de nuestra portada es terrible: gigantes barbados de largos pelos rubios, con cascos que ostentan un par de cuernos como los del mismísimo Diablo, arriban en largos navíos, armados de mazas y espadas; tras desembarcar, atacan en tropel a desprotegidas aldeas de pacíficos campesinos: los matan, violan a sus mujeres, saquean su ganado y queman sus casas. Unos bárbaros, unos salvajes que asolaron y sometieron Europa entre los siglos VIII y XI d.C. ¿Qué tan salvajes eran estos hombres del norte? ¿Y qué tan merecida tienen esa reputación de «uno de los peores pueblos en la historia de la humanidad»?
Por Igor Übelgott
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